Espacio: vital en la pareja

Toda pareja consta de dos individuos que se unen para formar un equipo y caminar hacia un ideal común, en compañía. Esto no quiere decir que la pareja se convierta en una sola mente. La clave de la pareja no es ser uno solo, sino dos en su más auténtica forma de expresión. 

Una de las que yo considero claves para la vida sana y armoniosa en pareja es: EL ESPACIO.

Y no me refiero a mandar a tu pareja al espacio sideral cuando te tenga hasta la coronilla sino ese espacio que me gusta llamar ESPACIO VITAL en donde cada individuo encuentra un momento para sí mismo. 

Como somos escritores trabajamos desde casa. Tenemos cada uno su estudio, su espacio de trabajo. En el espacio de él, su "man cave" yo no tengo potestad, en el mío que huele a incienso y tiene mil cositas, él no la tiene. 

Cada uno en su espacio, no solo trabaja como trabaja cualquier persona en su oficina, sino que es el lugar que guarda lo que disfrutamos: su acordeón, nuestros libros, mi altar, mi estudio terapéutico, en fin. Si alguien nos busca, siempre tiene en donde encontrarnos. 

Sin embargo, el espacio vital no tiene que ser un cuarto físico necesariamente. Juanca y yo no siempre tuvimos un cuarto para cada quien, hubo el tiempo en el que compartimos el mismo estudio, trabajábamos todos los días juntos, luego nos íbamos a hacer ejercicio juntos y regresábamos en la noche a estar juntos. 

Las preguntas alrededor llovían ¿cómo hacen para no matarse?

Una de las claves, es el espacio, ¿ves como no se trata de algo físico solamente?

Virginia Wolf escribió un libro llamado A room of her own, ella habla sobre la importancia de ese espacio físico, un lugar creativo, pero la metáfora se extiende hacia el espacio interno. 

El espacio vital es que sin importar el espacio físico en el que estén, puedan encontrar esos espacios para hacer lo que le gusta o lo que necesita cada uno. Por ejemplo:

En mi relación, cuando vivíamos como muéganos pegados, literal, todo el tiempo teníamos unos espacios muy claros en los que cada uno estaba en lo suyo. Nuestros espacios de lectura, mis espacios de yoga y meditación, los domingos por la mañana que siempre han sido un ritual de compañía cada uno en lo suyo. Las tardes con amigos, los momentos del hobbie personal etc. 

Ahora, el truco aquí es que conforme nos vamos volviendo adultos y las familias se van creciendo, estos espacios vitales son los primeros que se van sacrificando. Pues entran un montón de responsabilidades que nos hacen creer que esos espacios no tienen sentido. 

Curioso que pasa como en yoga: justo la postura que no te gusta, es la que más tienes que practicar. ¿Crees que no tienes tiempo para tu espacio vital? Me temo decirte que es lo que más necesitas, entonces. 

Las mujeres y los hombres tenemos beat y tempo diferentes, mientras nosotras somos como un jazz de bar callejero en New Orleans, ellos son un reggae de banda de playa hippie. ¡Neta!

Nuestras revoluciones y las de ellos son distintas y de repente lo que hacemos es querer que ellos anden a la misma velocidad, entonces, queremos que sus espacios vitales, por ende, se parezcan a los nuestros. ¿A qué voy con todo esto?

El espacio vital de un hombre puede ser sentado frente al televisor cambiando de canal como un autómata. Esto también es neta. 

Y lo que para un hombre podría ser el peor espacio de esparcimiento como: arreglar el clóset, para algunas en un momento de meditación y limpieza; yo incluida. 

Entonces ¿qué pasa? Regularmente veo dos comportamientos muy claros en las parejas que tienen este tipo de situaciones. Por lo regular aunque comienza de uno hacia a otro, la otra persona termina pagando con la misma moneda hasta que ambos se encargan de invadir, bien invadidito, ese espacio vital.

El primero es que el hombre limita a la mujer en ese espacio vital. Esto es muy común y típico debido a que todavía a mucha programación machista, no solo en ellos, sino en ellas. Y lo más sorprendente es que no lo veo solo en parejas latinas, lo veo también en parejas americanas que uno pensaría que son más libres en esos temas y no. 

El segundo es que la mujer es la que decide qué pasa y qué no pasa en ese espacio vital masculino. Si, amores míos, nosotras también podemos ser castrantes y yo solo nos recuerdo que cuando le cortamos los huevos simbólicamente a nuestro hombre, the joke is on us...

La recuperación de estos espacios en los que cada uno tenga potestad y sea el rey de su pedacito de espacio, es FUNDAMENTAL. En serio, y lo voy a poner en mayúsculas porque es que es algo que dan ganas de tatuárselo:

SI USTED QUIERE UNA RELACIÓN FELIZ, DEJE AL OTRO SER TAL Y COMO ES. NO LO LIMITE, NO LO SABOTEE, AYÚDELO, SEA PARTE DE ESO, ¡SEA SU CÓMPLICE!

Listo, ya que hablé en usted que es mi forma de dar cantaletica, sigo hablándoles de tú: 

¿Y qué pasa si en este momento ya ninguno de los dos sabe cuál es el espacio de quién? Han estado tan invasores en el espacio del otro que ya se les perdió la raya divisoria.

Bueno, pues (ahí voy en usted otra vez): ¡Agarre un sharpie y pinte la funckin´ raya amorosamente! Hay que meterle responsabilidad al asunto, si uno quiere ser feliz en esta vida hay que salirse de la zona de confort, punto. No hay más. 

Así que tú estás dispuesta a pintar la fuckin´raya amorosamente de una vez por todas, trata lo siguiente: 

Provoca el momento, invita a tu pareja a que tengan una conversación amorosa en donde van a hablar de estos espacios. Honren sus propios horarios y tiempos y aunque al principio es importante poner horarios o espacios específicos: los domingos toda la mañana, todos los días de 7 a 8 de la noche, los jueves por las tardes. Lo que sirva para su propia mezcla jazz callejero y playa hippie. 

Aquí la cosa es pintar la fuckin´raya con amor, escuchar a tu pareja, pero de verdad escucharlo en lo que quiere, en lo que desea vivir y sentir. Estos espacios son renovadores y cuando se convierten seguros (que la pareja no pone problema por ellos o se mete en ellos) son un vientre de creatividad y gozo. 

Vivir en pareja no tiene por qué ser "difícil" esa es una creencia, deja de creer que fomentar problemas o discusiones con tu pareja es lo que se llaman "los problemas normales de la pareja" eso es bullshit.

Los problemas normales no tienen por qué ser gritos ni juicios ni invasiones al espacio vital. Una pareja sana tiene sus espacios porque los necesita, un individuo sano fomenta el espacio vital de su pareja porque necesita su propio espacio vital. 

Cuando hay consciencia y mindfulness en tu relación, la comunicación es abierta y directa. Los espacios son sanos y sagrados. 

Si quieres trabajar en sesión conmigo con tu pareja para convertirte o fomentar los hábitos conscientes en pareja, mándame un correo a coach@alasdeorquidea.com

Te deseo que tengas un hermoso día,

Ana Bolena ∞ AlasdeOrquidea