Cómo NO meditar

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Antes de compartirles mi experiencia en la meditación, quiero romper algunos paradigmas que se les han sido puestos en la cabeza y que, cuando los trascendí, pude adentrarme más fácil en mi práctica.

Al ser este espacio pequeño para la cantidad de información que necesito darles, escribiré las columnas necesarias para ayudarles en su camino de la meditación.

1. La meditación no es concentrarse:

Concentrarse significa estar en control de la mente. Te concentras estudiando, en algún proyecto que debes entregar, te concentras en una película, cocinando o haciendo una manualidad. Pero no te concentras meditando. De hecho, si tratas de concentrarte, vas a salir de la meditación.

Meditar es dejar la mente a un lado. Aunque es imposible silenciarla por completo, conforme practiques, aprenderás a que su voz no sea tan fuerte.

2. Meditar no es poner la mente en blanco:

Nuestra mente está creada para pensar, para generar pensamientos y ayudarnos en nuestra experiencia de vida. El problema es que la mente, como lo decía Einstein, es un sirviente y la intuición nuestro mayor regalo. Vivimos en un mundo que adora al sirviente y toma por garantía el regalo.

3. Meditar no va en contra de tu religión:

Meditar es escuchar a Dios. No importa si eres judío, cristiano, católico o musulmán, una buena forma de conectar con tu Dios es meditando. Meditar no es equivalente a orar, aunque un buen estado para orar también es la meditación.

4. Meditar es irte al infinito y más allá:

Por el contrario. Si tus expectativas en la meditación es partir de este mundo, comenzaste con el pie equivocado, pues meditar es estar más presente que nunca. Es sentir tu interior, mantener tu mente en la respiración para darle un trabajo que le impida pensar compulsivamente, y permitir que tu energía se manifieste en el tiempo presente. Para meditar no te vas, te quedas.

5. Meditar es frustrante porque es muy difícil:

Si les dijera que meditar es todo lo contrario a difícil. Una vez que comprendes lo que es meditar, conectarás en cuestión de segundos. El problema es que vivimos en una sociedad que nos convierte en pensadores compulsivos y tener control sobre nuestra mente es tarea compleja. Sin embargo, la única forma de lograrlo es practicar, practicar y practicar.

6. ¿Tengo que hacer yoga para poder meditar?

Complementar tu meditación con una buena práctica de yoga es ideal, pero no es condicionante para lograr la meditación. Si bien quien hace yoga, medita, no es regla que quien medite haga yoga.

Es importante que se deshagan de los prejuicios que se generan alrededor de la meditación para abrir sus horizontes hacia una práctica milenaria que trae decenas de beneficios a tu salud, a tu persona, tus relaciones, tu sabiduría y tu experiencia de vida. Mañana los invito a que conectemos para compartir lo que, para mí, es una práctica de meditación que fluye hacia el principal objetivo que es conectar con nuestro máximo ser, nuestro ser interior.

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