Hello Trauma! ¿Cómo se muestran las experiencias negativas en tu sexualidad?


Hola querida amiga, alumna, lectora 🙂


Este texto le está llegando (directo a su correo) a las casi 4000 suscriptoras de mi CAFECITO MAÑANERO en donde cada SEMANA les comparto procesos terapéuticos para que le pongan intención al mes y vayamos de la mano acompañándonos.

Si no te llegó directo a tu correo sino que te lo encontraste entre mis BLOGS o por REDES, quiere decir que te perdiste el hilo del mes 😫¡pero nunca es tarde! SUSCRÍBETE AQUÍ y a partir de ahora te llegará todo. Además, de regalo, te llega mi LIBRO “DESPIERTA TU SENSUALIDAD CON YONI EGGS” y estoy segura que te va a encantar.



Bueno… ahora sí… comencemos con este tema que me gusta no porque sea muy bonito, sino porque amo meter las manos en el trauma y desmenuzarlo mientras mis clientas/pacientes/alumnas me cuentan sus historias llenas de simbolismos.


Quiero comenzar por hablarte un poco de la MENTE.


Primero que nada ¿Sabes en dónde está la mente?

Ok.. Piensa tu respuesta…

Perfecto…



No sé qué respondiste pero si haces parte de la gran mayoría, respondiste que la mente está en el cerebro o en la cabeza.

Y no, la mente está en todo tu cuerpo, en toda toditititititita tú. O sea, tu mente está en la punta del pelo y tu mente está en tus riñones, en tus ojos, en tu cerebro y en tu vagina. Somos seres mentales.

Nuestro cerebro es el órgano con el que PENSAMOS, por eso cuando te dije “Piensa tu respuesta” no fue gratuito, te lo dije para que activaras conscientemente tu Cerebro y mostrarte la diferencia.

Dicho esto. Cuando decimos enfermedades mentales, implicamos que estamos enfermos todo, no el cerebro, si tienes ansiedad, la sientes en todo el cuerpo, en las manos sudorosas, en los pensamientos compulsivos y las ganas de vomitar ¿ves? La mente no es cerebral, el cerebro es mental.

Entonces… Hablemos de Trauma.

El trauma está en la mente, o sea en todo. Si tienes un trauma, se muestra en todo y adivina cuál es su área favorita, esta seguro la adivinas… ¡aja! ¡LA SEXUAL!

Y esto es porque nuestros genitales se encuentran también en la zona de la supervivencia CHAKRA RAÍZ, zona anal, lo primero que se contrae ante cualquier momento de miedo o pánico es la zona genital.

Todas estas memorias de ese miedo quedan ahí atrapadas, en esa zona y cuando llega la hora de sentir bloqueos tenemos lo físico y lo energético todo contraído.

Además, el cerebro piensa con la información que le damos, desde lo que aprendemos, como nos educan etc. Y nuestro querido amigo produce pensamientos basados en el miedo cuando le tocan la zona del trauma. O sea… si metes el dedo en la yaga, como se dice coloquialmente.

Lo que pasa es que cada que vas a relajar tu cuerpo para sentir el placer máximo que puedas… Hello Trauma! ¡Que pase el desgraciado, señorita Laura! y voila! se activa todo eso que te hace sentir mal, incomoda, con ganas de cerrar las piernas y salir corriendo.



Y eso es solo una manera de decirlo,


Las heridas sexuales te hacen salir corriendo de tus sueños. Piensa en esto: para tú poder tener un orgasmo o sentir el mayor placer, debes de tener un contexto que te de seguridad, en donde puedas relajarte y entregarte al cien por ciento.

Con esto no anulo que hay veces que el “miedo” a que te cache hace caliente una situación, pero estoy hablando del polvo regular y de quienes no necesariamente necesitan esa adrenalina para excitarse.

Para que tu cuerpo sienta al 100% necesita entregarse al momento sin resistencia ni bloqueos, sin pensamientos compulsivos o de miedo. Eso es imposible cuando hay trauma.

El trauma te mantiene en estado de alerta, te mantiene en sistema nervioso simpático que es el que está esperando que salga un león y te coma (en sentido figurado) y de esa manera no te puedes entregar al palcer máximo porque tus pensamientos van a querer sacarte de ahí porque es peligroso que andes de caliente cuando hay un león hambriento.

Si hubiera un león hambriento entonces no es trauma, es supervivencia, pero si eso sucede dentro de las cuatro paredes de tu habitación con la personas que te ama y que amas, entonces, sin duda, te estás activando desde algún trauma.

La falta de deseo también puede venir de ahí, porque si tu cuerpo no quiere que tengas sexo porque te descuidas del león, pues menos va a querer que tengas deseo porque es como mandarte a las garras del felino imaginario.

Yo como terapeuta te ayudo a ver al León y a desarmarlo, a que lo convirtamos en un gatito que, posiblemente no se va a ir para siempre, pero te va a dejar vivir y sentir, a veces va a ronronear pero tu vas a saber cómo tratar a ese gatito.

Yo trabajo con herramientas amorosas y deliciosas como la meditación, la visualización, la conversación y análisis de los símbolos… lenguaje en el que se comunica el trauma y yo lo conozco, porque lo he aprendido a ver en mi, porque lo veo claramente en las demás y porque me he educado y certificado como COACH CLÍNICA DE SEXUALIDAD para afinar mi sentido.

Puedes agendar una sesión conmigo para consultar sobre temas específicos de sexualidad, escuchar mis consejos, ejercicios o recomendaciones para que puedas potenciar las áreas que sientes débiles.

Sin embargo, lo que más me gusta trabajar y estoy segura que soy muy buena en eso, es en los procesos que van más allá de la recomendaciones que te pueda dar, sino en los espacios de sanación terapéutica por medio de la visualización, el ejercicio mental, la meditación, los cristales y el movimiento de la energía del trauma o del dolor hacia afuera de tu sistema.

El proceso son 4 SESIONES en las que, la primera la usamos para hablar y que expreses lo que necesitas para abrir tu camino. Aquí te hago preguntas y te ayudo a ver nuevas perspectivas, a encontrar mensajes ocultos de tu inconsciente y a encontrar la raíz de lo que necesitas sanar. Por lo menos la más visible.

Después, para la segunda y tercera sesión te preparo dos actividades terapéuticas para abordar exactamente lo que necesites. Esto lo aprendes para repetirlo cuando quieras.

La cuarta sesión es abierta, podemos hacer otra actividad terapéutica o conversar, según lo que necesites.