Propósito de vida

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La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional un fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que honra al sirviente y dejó al regalo en el olvido.”  Albert Einstein.

En mi más consciente nivel creo de manera ciega en esta frase. Mi ego tiene trabajos aceptándolo y por momentos me quiere pasar jugadas haciéndome creer que mi parte racional es la que debe mandar; entonces, vuelvo y recuerdo que es mi ser sensible quien siempre me ha llevado a tomar más sensatas decisiones.

Esta sociedad que honra al sirviente, nos ha dicho que debemos vivir para escoger el camino que creemos que más dinero nos va a dar. Nos instan a olvidar nuestras verdaderas pasiones porque parecieran prometernos un futuro en bancarrota.

Hacer un trabajo que no nos inspira con la sola intención de un cheque al final del mes no es la experiencia de vida que tenemos que vivir. Ésa es la que escogemos, pero así como la escogimos podemos hacer un plan de retorno al camino que nos lleve a la plenitud.

No importa la situación en la que te encuentres, debes hacer un alto y reflexionar si te hace feliz lo que desempeñas todos los días.

Para encontrar eso que tantos llaman la “misión de vida” debes tener en cuenta tu pasión, tu profesión y tu vocación. Tu misión tiene que ver con lo que el mundo necesita, tu pasión con lo que eres bueno y amas y tu profesión con lo que te pagan.

Cuando todos esos aspectos confluyen aparece tu posible misión. Un gran esbozo de lo que tú podrías hacer para dejar huella, para poner lo mucho o poco que puedas en el gran proyecto universal de evolucionar como especie.

Las situaciones en las que te encuentras son obstáculos que librar para vivir una vida extraordinaria. ¿Fácil? No, para nada, pero se puede hacer un pasito a la vez y las recompensas para tu vida son inmensurables.

Quienes no aman su trabajo, no tienen que renunciar en este momento. Tu trabajo es el ancla que te mantiene económicamente a flote, pero tu meta será dejarlo cuando tu sueño comience a funcionar. Pero para hacerlo funcionar tendrás que comprometerte, dedicar tiempo que antes era de descanso, dedicar pensamiento y actuar en consecuencia.

Te invito a hacer el ejercicio de escribir en una hoja cuál es tu trabajo y situación ideal. Cuando encuentras ese equilibrio entre lo que sabes, lo que amas, por lo que te pagan y lo que necesita el mundo estarás experimentando tal plenitud y alegría que te avocarás a encontrar el camino y utilizarás lo que tienes ahora como llaves hacia ello.

Cuando pones acción, intención y pensamiento en tu misión de vida, ésta se desarrolla casi mágicamente. La fuente de abundancia se manifiesta poniendo en tu camino las herramientas y las respuestas oportunamente.

El propósito del alma se esconde en las ideas más simples, justo allí en donde el ego no tiene acceso y la compasión es infinita.

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