Vida Luminosa y Meditación

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No somos seres humanos con un plano espiritual, somos seres espirituales viviendo una experiencia física –palabras de Pierre Teilhard de Chardin– Con esto en mente, quiero abordar lo que implica para nuestra vida espiritual una buena práctica de meditación.

Quiero que hagamos un rápido ejercicio el cual voy a continuar el próximo #ViernesdeMeditación. Antes de cerrar tus ojos lee lo siguiente para que sepas qué hacer:

Adopta una postura cómoda. Siéntate derech@ en una silla, también puedes sentarte en posición de loto o acostad@ boca arriba con la espalda recta. Comienza a respirar. Si llega algún pensamiento, regresa tu atención a la respiración. Inhala y exhala procurando que la longitud de ambas sea la misma.

Ahora enfoca tu atención dentro de tu cuerpo. Como si quisieras sentir esa energía que eres y que, personalmente, la siento como sutiles burbujitas saliendo de mi piel.

Céntrate en esa sensación por un rato. Enfócate en tu energía. Ahora te pido que cuando la logres sentir hagas una pregunta, desde tu corazón, que desees tener resuelta. Pregunta con la certeza de que la respuesta llegará, es posible que no en este exacto momento, pero llegará.

Abre tus ojos y observa cómo te sientes. Permítete por unos minutos simplemente observar tus reacciones. Esto que acabas de hacer es sólo una pequeña muestra de lo que le hace la meditación a tu espíritu.

Cuando conectas con tu ser supremo obtienes guía, respuestas y una sensación de seguridad, de paz, de tranquilidad.

Tu ser supremo, tu energía vital, tiene toda la información que necesitas para experimentar este camino que tú mismo escogiste para sanar lo que tu alma requiere. Pregunta y recibirás respuestas, pide por guía y serás guiado.

Venimos a esta vida a recordar. A recordar nuestra misión y encontrar la sanación para regresar a casa con la labor completada. Así podremos evolucionar energéticamente.

Si logras aplicar esta disciplina, por lo menos durante 15 minutos diarios al despertar, verás cómo tu día se desarrolla con tu propia gran sabiduría manifestándose y ayudándote a obtener las soluciones, las respuestas, la guía que necesitas para ser pleno y feliz.

  Cuando comienzas a poner atención a tu espiritualidad, todo cambia. Es importante que no confundas la espiritualidad con la religión. Puedes ser una persona infinitamente religiosa y no ser espiritual, puedes no practicar ninguna religión y ser inmensamente espiritual. ERES espiritualidad y/o PRACTICAS una religión. ¿Checas la diferencia en el verbo?

Todo va en que las religiones nos han enseñado, desde el miedo a un Dios castigador, a vivir la experiencia de un maestro iluminado: Jesús, Buda, Mahoma (según tu religión, el maestro), mientras que la espiritualidad consiste en vivir una experiencia espiritual propia, sabiendo que todos somos Dios, que Dios habita en tu propia energía, que no serás castigado porque todo hace parte de un plan perfecto y que tú mismo eres capaz de mover las montañas.

En mi columna de mañana continuaré compartiendo los beneficios de la meditación enfocada a los chakras, tus siete centros principales de energía, que al estar balanceados te empoderan para tener una vida más luminosa.

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