Del deber Ser al Ser. No seas "chica buena" por miedo a perder el paraíso

Desde antes de nacer venimos condenadas a existir bajo una narrativa que nos limitará toda nuestra vida como mujeres. Venimos a esta vida a cumplir un montón de estándares que nos exige la sociedad por medio de nuestros padres, familiares, parejas, hijos etc.

Debemos ser: buenas hijas, buenas esposas, buenas hermanas, buenas profesionales, buenas madres, buenas____________, pero ¿qué es “buena”?

“Buena” es Eva. Sí, Eva la de la historia que nos contaron a casi toda la humanidad que salió de una costilla etc. Eva tuvo que ser “muy buena” para que la aceptara Dios, sobre todo si ya habían corrido a una mujer antes del paraíso por no ser “buena”.

¿¡Cóooooooomo!? ¡¿Otra mujer?! ¡Que pase la amanteeeeeeeee!

Saluda a Lilith, la que no fue “buena” y mandó a Adán y, posiblemente a ese dios patriarcal que nos contaron que nos creó, por un tubo y se largó del paraíso.

Y cuando digo “ser buena” me refiero a vivir como segundona de Adán, ella fue creada igual que él y no le permitió subyugarla. Entonces como se sintió muy solito una vez Lilith se largó a tener sexo con demonios más divertidos, Dios creó a Eva de una costilla, así sería una chica buena porque no le quedaría de otra: Adán es tu dueño, ¿no ves que vienes de una costilla?

Pero no me crean a mí, créanle a Gerardo Jofré González-Granda con título de Letrado del Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica y perito en Derecho Canónico, a quien utilizo de fuente para ser lo más precisa posible con esta información.

Chequen esto:

“Y dijo Dios: Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves del cielo, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres  y en todos los reptiles que reptan por la tierra.

Creó pues Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó,  macho y hembra los creó.” Génesis 1:26-27.

Para mí aquí no dice en ningún lado que uno es más que otro, simplemente habla del principio femenino y masculino. Pero después aparece esto:

“Dios crea a Adán, y lo coloca en el Jardín del Edén . Después, Dios decide darle una mujer a Adán, lo hace caer en un sueño profundo, y mientras el hombre está durmiendo, Dios le quita una costilla rellenando el vacío con carne. (…) Cuando Adán se despierta, reconoce a Eva como parte de sí mismo y la acepta como su compañera.” Génesis 2:18

Ojo: La acepta como su compañera… esto tiene más carga de lo que pensamos.

Entre génesis y génesis no se encuentra qué pasó con esta primera mujer que no venía de una costilla de Adán; los rabinos en aquellas épocas de discusiones mitológicas sobre la creación dijeron que´sque sí se creó una primera “Eva” pero como esa se portó mal y Dios se enojó con ella, entonces creó una segunda Eva.

 Ahora, yo no estoy escribiendo esto para darles una cátedra bíblica, ¡qué flojera! sino para que vean la narrativa que te contaron a ti, a tu mamá, a tu abuela, bisabuela, tatarabuela, chonta y así hasta Eva.

Lilith y Eva no existieron, son leyendas, obvio, pero son las leyendas que nos dejaron las moralejas para sobrevivir en esta vida:

Debes ser buena chica o si no Adán no te va a aceptar como su compañera y papito patriarca Dios te va a exiliar por puta.

Debes estar sumisita debajo de Adán porque si te pones con tus ideas locas o raras, arruinas todo.

Calladita te ves más bonita porque si abres tu boquita la puedes embarrar y te echan pa fuera a parir demonios.

Entonces somos hijas de Eva y como tal debemos de ser “buenas” y aprender de los errores que Eva cometió, pero…

¿y Lilith?

¡Shhhhhhh! De esa zorra no hablamos en el paraíso mijita.

Pero de que existió, existió. Por lo menos en la leyenda y si Ella no se hubiera largado o a Dios le hubiera parecido una verraca por dejar su zona de confort con su Adán seudo perfecto y salirse al mundo a pelear con demonios, otro gallo nos cantaría en nuestra historia.

Solo imagínate que la religión y su injerencia no hubiera sido tan abrumadora para la historia y las mujeres hubiésemos estado avaladas desde el principio para hacer lo que quisiéramos con nuestra vida y nuestro cuerpo.

Porque les recuerdo que nuestro cuerpo no nos pertenece, por lo menos no visto desde el punto de vista de esta narrativa y las consecuencias sistemáticas que esta ha ocasionado y si lo vemos reflejado a lo que ha sucedido a través de la historia, pues nos damos cuenta de que las leyes sobre nuestro cuerpo las han hecho hombres, ¿por qué? porque, según esta narrativa, tienen derecho ¿no ven que venimos de una costilla de Ellos?

Bueno, ¿y de qué me sirve envidearme con todo este chismerío de Eva y Lilith? ¡Simple! Cuando entiendes y ves este enredo puedes abrir espacio para ambas mujeres en tu vida. Eva no tiene nada de malo, de hecho Eva contiene el arquetipo de la Virgen que no tiene nada que ver con Virginidad sexual sino con pureza de corazón, compasión, cobijo. Eso es nuestro, eso viene con nuestro útero, la capacidad de ser madres de todo un Universo, de humanos, de ideas, de proyectos, eso también es ser mujer.

Pero toda esa gracilidad y maternidad se compensa con otro lado que es más relacionado con la noche, de ahí que Lilith es, en realidad un mito Sumerio, que muuuuucho más tarde se ligó con la leyenda de la mujer antes de Eva, o la primera Eva, como también llaman a Lilith.

En este mito Sumerio, Lilith es referente al viento, la noche y los demonios nocturnos. Lo cual lo podemos relacionar con la sensualidad y el poder creador/creativo femenino. Es esa fuerza, ese fuego, esa pasión que nos mueve a sumergirnos en nuestra propia danza con demonios para salir más poderosas.

Así que si estas dos mujeres fueron las primeras mujeres de la humanidad, según lo que se inventaron estos personajes que algún día decidieron nuestra historia. A la primera, por puta, la mandaron a parir demonios y a la segunda la utilizaron para inventarse un pecado y victimizar, nuevamente a Adán que, pobrecito él, una vez más cae en las incongruencias femeninas y por su culpa lo sacan del paraíso ¡pinches viejas!

A ver, a ver… pero ¿y El Big Bang? Para quienes no creemos que Adán, Eva y ahora Lilith hayan existido, ¿también aplica eso?

No se trata de creer o no. Hoy en día tenemos muchas creencias que no queremos, pero nos activamos desde ellas desde un plano inconsciente. Si una creencia nos limita nos damos contra un muro una y otra vez, ¿te ha pasado que quieres manifestar algo y pareciera que repitieras la misma fórmula de fracaso? Bueno deja de hacerte limpias y busca la creencia que te está saboteando.

Así funciona esta narrativa. Si tú crees en tu sistema de creencias vertebral que si no eres “buena” y cumples las expectativas de todas las exigencias alrededor vas a quedarte sola, entonces esa narrativa esta funcionando en ti. Si no sabes poner limitantes en tus relaciones, te estás activando desde esta narrativa. Si crees que ser sensual, sexy o cachonda está mal porque ya eres mamá, estás utilizando esta narrativa inconscientemente.

Esta narrativa activa la culpa de una. Entonces, si tú no eres la hija esperada por la sociedad: ¡culpa!, si no quieres tener hijos como es esperado de ti: ¡culpa! Si te comportas saliéndote de los estándares que tu madre y tu abuela y hacia atrás catalogaron como “niña buena”: ¡culpa!

Ese es el poder de esta narrativa.

Sobre esto hablamos, trabajamos, creamos y visualizamos en nuestro círculo de mujeres del 27 de septiembre, en donde compartimos no solo toda esta información sobre esta narrativa, sino que exploramos el DEBER SER de cada una de nosotras y utilizamos el vehículo artístico de la pintura para expresar las emociones que nos generan estas narrativas y así soltarlas.

Fue una noche mágica que sucedió gracias a que cruzamos caminos con una mujer hermosa llamada Aga Lisowska que trabaja con esta información y nos dio una experiencia inolvidable de conexión, meditación y arte emocional.

Gracias a cada una de las mujeres que nos acompañaron, por esta noche tan especial que trajo a mí mucho entendimiento sobre lo que es ser mujer. Seguimos trabajando en liberarnos de tanta basura que nos limita como mujeres.

Mujeres de mi corazón, no olviden que nos tenemos.

Con todo mi amor,

Ana Bolena