Ahora

Durante años y años, décadas, siglos, milenios, los grandes maestros espirituales nos han repetido de todas las formas posibles que vivamos el ahora, que es lo único que tenemos, que el resto es una ilusión.

La misión de nosotros como seres humanos es el despertar de nuestras conciencias. ¿Y cómo es eso de despertar? Darle permiso a nuestro espíritu de que hable, de que se comunique con nosotros, darnos chance de escucharlo, de acallar al ego y abrir la percepción a nuestro ser más alto.

Piensa en este mismo momento. Quita tus ojos de la computadora o del periódico y ciérralos. Siéntate en una posición cómoda, respira, respira profundo y trata de que el barullo a tu alrededor no capture tu pensamiento. Siéntete, siente ese ser que habita profundamente, que logra salir a flote cuando logramos concentrarnos en nuestra respiración y con ello rendir a la mente.

Abre tus ojos y procura mantenerte en ese estado de presencia mientras lees esta columna.

Nosotros no somos mente. Tú no eres tus pensamientos. Tus pensamientos vienen de tu mente, más tú no eres eso, tú eres ese ser grande que se siente cuando logras poner en pausa a tu mente.

La mente etiqueta, la mente juzga, la mente se remonta a la experiencia para catalogar todo lo que sucede a tu alrededor. La mente es la que vuela al pasado y al futuro, sacándonos de lo único tangible que tenemos, el ahora.

Ahora es todo el tiempo mientras lo vives. El ahora es tan eterno como tengamos vida, sin embargo, permitimos que nuestra mente nos distraiga enganchándonos en remordimientos del pasado y planes para el futuro.

La mente es la que nos genera sufrimiento, el peor de todos. Poco a poco nos hemos convertido en adictos del pensamiento, en pensadores compulsivos. Pero si pones una pausa y te das cuenta de la alegría y la paz que es vivir en el ahora, comprenderás lo enfermos que vivimos por culpa de los programas de la mente.

Lo primero que hay que entender es que vivir en el ahora es la única forma de alcanzar la felicidad. No hay más. No obtendrás felicidad pensando en que te matarás trabajando para obtener las vacaciones de dentro de seis meses. No obtendrás felicidad recordando a ese amor que se fue. No encontrarás felicidad planteándote metas en las que el fin sea más importante que el medio.

La felicidad es infinita porque es generosa y abundante, pero ahora, en ningún otro momento.

Vivir ahora es el reto más difícil que me he puesto en la vida, pero más gratificante. Durante años he peleado con mi mente para no engancharme en ilusiones con cara de tiempo de reloj. El pasado ha pasado y el futuro es una fantasía, sólo existe en nuestra mente que siempre prometerá que adelante está la felicidad y así se va la vida, pensando en un mañana que no existe mientras desperdiciamos el ahora deshonrosamente.

Los invito al reto de vivir ahora. De ocuparse de sus problemas o situaciones vitales en el momento y cuando no puedan hacer nada al respecto a dejarlas ir, a que no le permitan a su mente que los torture y que respiren profundamente cuando se encuentren en la batalla de no entregar su dominio.

Poco a poco, cuando descubran que escuchar el canto de los pájaros es relajante, cuando logren sentarse a mirar un árbol, un paisaje, sintiendo su ser interior, con su mente aplacada y siendo simplemente un observador de sus pensamientos más no una máquina de generarlos y responderlos, comprenderán que no somos mente, que somos algo más grande que goza de una mente para sacarle provecho y no para ser utilizados por ella.

Om.

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